¿Escaladorxs pequeñxs? o ¿son solo niñxs?


 

 ¿Escaladorxs pequeñxs? o ¿son solo niñxs?

 

  Un articulo especialmente sensible, al menos desde nuestro punto de vista.

 Ya no solo como entrenadoras, también como madres, es algo en lo que creemos que hay que poner especial atención.

 La escalada es un deporte multifactorial, depende de nuestras habilidades físicas, del medio donde la desarrollamos, del tiempo meteorológico y de como tengas la cabeza ese día y en ese momento.

 Vamos a centrarnos en lo que podemos cuantificar y evaluar y por ende entrenar para mejorar.

 Podríamos disponer de salas de entrenamiento, existir existen, donde poder modificar variantes tales como: La humedad, la temperatura, la cantidad de oxigeno en el aire… y un sinfín de variables super chulas con las que ajustar nuestro entrenamiento para un objetivo concreto, pero…. bueno….no es lo normal , no es la típica sala de Boulder a donde vamos a pasar la tarde.

 Por otro lado, nuestra adaptación al medio es increíblemente buena y para bien o para mal super especifica. Un ejemplo muy claro y concreto es la adaptación de la piel de nuestras manos al tipo de material al que solemos agarrarnos. Esta claro que hay una diferencia enorme entre las manos de alguien que escala y de una persona que no trabaje con ellas y que no las trate “tan mal” como nosotrxs, aunque creemos que alguien que escala se cuida más las manos que la mayoría de la población.

 Son una mas de nuestras herramientas, así como cuidamos nuestros pies de gato, nuestro arnés, la cuerda, la alimentación y nuestro entrenamiento.

 Pero nada tiene que ver las manos de quien escala en granito o en fina arenisca, la piel se adapta de manera diferente. Seguro que también conoces el caso de alguien que en roca se engancha del romo más duro y en resina ni se menea.

 

 Pero algo que, si que podemos evaluar, y no solo podemos, sino que debemos evaluar y ajustar es el entrenamiento dirigido. Más allá del cumplimiento de nuestros propios objetivos y de hacernos tal vía o tal grado, tenemos que tener especial atención en los posibles riesgos a corto y largo plazo de un entrenamiento mal planificado, tales como:

- Descompensaciones posturales por solo entrenar ciertos grupos musculares y olvidar otros.

- Sobreentrenamiento y fatiga crónica.

- Lesiones por estrés de los tejidos blandos por falta de adaptación.

- Roturas musculares….

- Etc, etc...

 Por otro lado, si el estimulo es tan bajo que no nos genera un estrés no vamos a provocar una adaptación y por lo tanto no “mejoraremos” como deportistas.

 Cierto que, en nuestro deporte, muchas de las personas que se están iniciando no llegan a poder entrenar al fallo o acabar “petandose” por darlo todo, ya que se caen más por una falta de coordinación que por no poder quedarse agarradas a una presa. Su cuerpo esta aprendiendo nuevos patrones de movimiento y es en eso en lo que se deben de centrar. Ya habrá tiempo para focalizarse en los puntos fuertes y débiles.

  Por otro lado tenemos el aspecto más psicológico del deporte y ya nos centraremos y hablaremos muy, pero que muy extenso sobre la psicología deportiva. Pero a modo resumen: ¿A que hay días en los que te sale todo y otros en los que no eres capaz un de subirte a una silla?

 

 Genial, un breve resumen de los factores a tener en cuenta en el entrenamiento sistemático y general de una deportista. ¿Pero somo todas iguales? La respuesta esta bien clara, NO.

 Quitando excepciones, así sin saber, ¿a que no le plantearías el mismo entrenamiento a una persona de 30 años que a su anciana abuelita de 90?

 Parece una pregunta boba, absurda y estamos seguras que nadie elegiría la respuesta errónea. Pero sin embargo en este nuestro mundillo de vez en cuando se ven y se escuchan autenticas salvajadas cuando hablamos de lxs escaladorxs más jóvenes.

-NO, una persona en desarrollo no debe entrenar en el campus board.

-NO, no deben entrenar con lastre o hipergravedad.

-NO, no tienen que escalar hasta el fallo muscular.

-NO , no hay que meterles una carga tan alta y un volumen de trabajo como si fueran adultos, su recuperación va a ser mejor, si. Pero el desgaste en uno cartílagos que están blanditos porque se tienen que acabar de desarrollar y que se pueden atrofiar si hacemos las cosas de manera inadecuada no parece una buena opción.

-NO, NO y NO, no les vamos a meter en unos pies de gato que les queden justos, o peor aún, pequeños. ¡¡¡POR FAVOR!!! SON LOS PIES DE TUS HIJXS, los que van a tener toda su vida, los que les pueden generar lesiones de espalda por tenerlos destrozados y ¿Para que? ¿Para que escale mejor? ¿En serio es motivo suficiente? ¿Merece la pena? Hay modelos específicos para pies muy chiquitines, pero si ya va teniendo pie de personita mayor, NO le vamos a meter unos Solution (justo un modelo que vimos puesto a un peque de 10 años) porque son pies de gato específicos para dificultad, que le van a hacer daño al ponérselo y que le van a generar adaptaciones negativas a un pie en crecimiento. A nosotras nos da igual si escalas V o 8c, ¿De que sirve el grado si no te estas divirtiendo? Pues imagínate lo que pensamos que una criatura se este destrozando los pies para hacer más grado…menuda locura.

-NO, no todos los bloques, ni las vías ni los rocódromos están adaptados a ellxs. Desde que el crux de la vía sea morfológico y no vayan a poder resolverlo por falta de envergadura, a que las presas predispuestas por el router setter sean para una mano adulta y a ellxs les cree dificultades e incluso lesiones. Hay que saber analizar que cosas pueden escalar en la roca, por posibles péndulos o malas caídas. Igual que nosotras tenemos en cuenta tanto para nuestras clases, como cada vez que instalamos un rocódromo que tipo de público tenemos en nuestras manos. Una instalación de un rocódromo no es solo poner presas en una pared.

 

 

 Y para acabar, ya que la lista de “No” podría ser casi infinita.

 NO GENERES FRUSTRACIÓN. Es normal que un peque se pueda frustrar y no es malo en si, debe saber que existen emociones que nos hacen sentir bien y otras mal. Pero desde el club, nos negamos a abrazar esas creencias que suenan a otra época, quizás a la de las cavernas. Que un peque tiene que sufrir, que si no esta sufriendo, no se esta esforzando y si  no se esfuerza, que para que pierde el tiempo escalando. Pues para pasárselo bien, disfrutar, conocer amiguetes nuevos, desarrollarse como persona, aprender compañerismo (como mola, cuándo en las clases se animan entre ellos o se dan consejos), superar sus miedos, sus inseguridades, ver como mejoran a través del juego y como aquello que al inicio de temporada les parecía imposible hoy lo hacen silbando, escalan por lo más importante, por el verdadero objetivo, por lo que nosotras seguimos y seguiremos escalando.

 Porque es divertido.

 Por muchas y buenas escaladas, encadenes o no, pero sobre todo por unas escaladas sanas, seguras y para toda la vida.

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