Ruta a la chorrera de San Mames.
Ruta a la chorrera de San Mames.
Otra de las actividades que nos encanta es dar a conocer el medio natural a las futuras generaciones.
Aprovechando que el tiempo nos daba un poquito de tregua y que la predicción meteorológica nos era favorable. Decidimos salir al monte con nuestrxs alumnxs y pasar un día en familia y entre amigxs.
Como siempre que se va a la montaña, hay que disponer de varias alternativas y tener en cuenta que el plan original quizás no sea el más acertado.
La primera idea que se nos paso por la cabeza cuando decidimos hacer una ruta era ir a nuestra querida Pedriza. Pero a parte de preciosa después de dos semanas de lluvia, también sabemos que estaría peligrosa. Granito y agua….¡¡menudos toboganes naturales!! Así que tocaba darle al coco y buscar una solución, ya iremos más adelante.
Parece que la respuesta era obvia. ¿Cuándo llueve mucho que se vuelve aún más impresionante? Pues los saltos de agua.
En Madrid tenemos la suerte que justo el más grande que hay es una ruta muy asequible y para toda la familia, con un par de pasos en los que hay que prestar atención y ayuda a lxs peques, pero ya está.
Cómo datos técnicos decir que hicimos una ruta de 7,5 kilómetros de ida y vuelta, no circular. Que empieza con una leve subida por un sendero agrícola del que nos separaremos sólo al final. A medio camino nos adentramos en un bosque de pino de valsaín o pino silvestre, este pino tiene diferentes denominaciones y es el más típico de la sierra de Guadarrama. Siguiendo las indicaciones de los letreros llegamos hasta la base de este salto de agua de 30 metros, en nuestro caso decidimos subir por un lateral y ver el comienzo de la chorrera, para luego descender y volver al inicio de la ruta.
En ocasiones, cuando vas a la montaña y más lxs que somos guías, cuantificamos todo. El tiempo que dura la actividad, desnivel positivo, desnivel acumulado, distancias, pasos, ritmo medio y máximo, las paradas…y no seremos nosotras quien diga que no esta bien saber gestionar todos los datos que tengamos y que debemos tener de la actividad a hacer. Pero lo más importante es la coherencia, llevar agua y comida, ropa de cambio para lxs peques y una esterilla para que se sienten cuando estén cansadxs…. y a disfrutar.
No queremos super atletas, ni batir récords. Nuestro objetivo es mucho más humilde, queremos que conozcan su entorno, el planeta donde viven, las maravillas que contienen y que sepan que hay que protegerlo. Que el día de mañana tenga un posicionamiento sobre lo que esta bien y lo que esta mal.
En teoría todxs sabemos que no hay que tirar basura al suelo, pero se sigue haciendo. Se supone que sabemos que los bosques son ecosistemas delicados y que debemos cuidarlos, pero la realidad no es esa.
Somos lxs adultxs lxs que tenemos la responsabilidad de dejar un mundo mejor, son nuestras manos las que devastan ecosistemas enteros por beneficios económicos. Son manos egoístas que no tuvieron la suerte de conocer y de entender la belleza y fragilidad de la naturaleza. Son adultxs que muy seguramente no fueron niñxs felices que corrieran por un prado, que subieran montañas y se mojaran los pies en sus ríos, que se parasen a fliparlo con lo alto de ese árbol o que se riesen a carcajadas al ver como de una boñiga de vaca había crecido una seta.
Hay a veces que hay que dejar el GPS desactivado, olvidar el pulsómetro, el track de la ruta y salir de esa burbuja impuesta y autoimpuesta de la cuantificación y tan solo dar un paseo.
Agradecer esos momentos que pasamos en contacto con la madre Gaia ya sea con nuestra soledad o con gente tan maravillosa cómo el día de hoy.
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